Una vez llegados al cerro, visitaban a la Virgen y, después se celebraba la misa mayor. Tras ella tenía lugar la procesión en la que la Virgen era portada a hombros alrededor de la ermita.
Tras la procesión llegaba la parte gastronómica, festiva y lúdica. Los romeros aprovechaban el día para comer, beber y divertirse en las laderas del cerro y en lugares cercanos.
Como curiosidad, el periodista de El Pueblo Manchego hace la siguiente reflexión en tono irónico: "El desfile de carros, como en años anteriores, repletos de merluzas. La tarde estaba fría y no hubo otro remedio que calentarse por dentro".
Era tradición en esas fechas que, al regresar los romeros, hicieran un descanso en las Huertas de la Poblachuela, aprovechando para reponer fuerzas y refrescarse, organizándose una pequeña fiesta para despedir el día.
La ermita en la que se celebra la romería es del siglo XIII y de estilo gótico, tiene planta de cruz latina en la que destaca el rosetón de tracería que se halla a los pies. Está dividida en tres naves, separadas por diez pilares con columnas adosadas que poseen capiteles con hojas y cabezas alternadas.
Se encuentra dentro del parque arqueológico de Alarcos y del yacimiento arqueológico de idéntico nombre. Este yacimiento se trata de un "oppidum ibérico", de adscripción cultural dilatada, que abarca desde la Edad del Bronce hasta el final de la Edad Media y, por lo tanto, posee restos arqueológicos, tanto de época medieval como ibérica.
En este paraje tuvo lugar también la batalla de Alarcos que se libró junto al Castillo de Alarcos el 19 de julio de 1195, entre las tropas cristianas de Alfonso VIII de Castilla y las almohades de Abū Ya'qūb Yūsuf al-Mansūr. La batalla se saldó con la derrota de las tropas cristianas, lo cual desestabilizó al Reino de Castilla y frenó el avance de la reconquista unos años, hasta que tuvo lugar la Batalla de Las Navas de Tolosa en 1212
Fuentes:
- El Debate (18/05/1921)
- El Pueblo Manchego (17/05/1921)
- Santa María de Alarcos: evolución histórica, culto y devoción / Rafael Cantero Muñoz -- Ciudad Real: Lozano, 2003.
- ciudad-real.es